viernes, 27 de octubre de 2017

UN TIEMPO DESPUÉS

El tiempo pasa y parece a veces que es difícil notar un cambio; sin embargo esto es sólo una ilusión, porque en realidad nada sigue igual y los años pasan sin darnos cuenta.

He cumplido 60 años, soy el mismo de ayer, muchas de mis virtudes no han cambiado, pero me duele decirlo, muchas de mis limitaciones tampoco. La experiecia ganada ayuda un poco a sortear los nuevos retos de la edad dorada.

Para muchos, en ésta edad la tristeza los acompaña, para mi sólo me acompañan mis recuerdos buenos. He logrado tener algunas comodidades y vivo feliz al lado de mi buen compañero sentimental, mi Jorge Luis querido, también me acompaña día a día, el noble Blue, nuestro chihuahua, fiel compañeo y guardián de nuestra casa y sentimientos.



Son ya 4 años de mi último post y he cambiado de vivienda en tres oportunidades. Del departamento de Javier Prado en San Isidro, pasé al de Villavicencio en Lince, para luego volver a San Isidro. En el campo laboral sigo en la misma empresa, de la que he hablado poco, pero ennla cual estoy muy agusto. Tiempo habrá para comentar ésta parte de mi vida aún reservada para mí.

La familia a pesar que crece, a medida que avanza uno en años, se hace más limitada a su entorno. Cada día es más difícil reunirnos todos los hermanos, por tanto, cada día es más difícil reunirse con otros familiares.

Sin enbargo hay las reuniones hermosas e inolvidables que se llevan a cabo en ocasiones particulares y que congregan a buena parte de esa familia extrañada.

La última de la que tengo el recuerdo fue la del matrimonio de la hija de Patricia mi hermana, Bárbara Pérez con César Zorrilla.







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Por cierto al cumplir mis 60 años reuní a una parte de mi familia con quienes compartimos un rico almuerzo.







La verdad, que la pasamos muy bien, pero me hubiera gustado poder reunir un grupo mayor. 
Prometo, que en adelante me reuniré con otros grupos de familiares o amigos. Quiera Dios que me de vida para hacerlo y tener la alegría de reunirme con tantas personas que en mi vida me brindaron su tiempo y su amor.

Este tiempo pasado sirvió también para hacer algunos viajes
importantes, como la visita a Iquitos para la boda de Greysita y Germán, sobrinos de Jorge.



P



















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