lunes, 29 de agosto de 2022

BLUE, NUESTRO CHIHUAHUA

Recuerdo el momento cuando lo fuimos a recoger de la casa de un criador en la avenida del Ejército en Miraflores; lo vivaz de su mirada llamó nuestra atención. 
Jorge Luis, que casi siempre tiene más intuición que la mía, le escogió entre dos bellos hermanos que nos ofrecían y a decir verdad no se equivocó.


Fue un diciembre del 2012 cuando la alegría llegó a nuestra casa. Era muy alegre y despierto como todo cachorro de seis meses.
Lo primero que llamó nuestra atención durante la primera semana con nosotros fue que nunca ladró, y lo mucho que nos llegó a preocupar ese silencio; que se rompió en la calle al encontrarse con otro perrito donde nos demostró su carácter y personalidad de líder nato; y que ese silencio, era su forma de reserva o introversión, al llegar a otro lugar alejado de su medio habitual, hasta entonces y que parecía ser una forma de afrontar el medio nuevo que podría ser hostil.


Recuerdo también, tiempo después, que llegó a enfrentarse literalmente con canes más grandes que él, al punto de imponer su carácter y dejarlos callados.


Nunca imaginé tampoco, que podría  encariñarme tanto con un ser vivo, y atenderle con tanto cariño y dedicación. La criaza de una máscota es algo que implica mucho esfuerzo y continuidad, en cuidados y atención que se debe brindar para con un ser del que uno se hace responsable.


En su criaza al pasar de los años no faltaron algunos problemas médicos que parecieron en su momento no podrían resolverse. Es así cuando tenía 6 años de vida, es decir, en el 2018, Blue pareciera que envejeció rápidamente, cosa que era muy extraño  porque hasta entonces no presento ningún problema mayor y llevaba una vida tranquila.Intentamos todo tratando de descubrir cuál es su padecimiento. Para ello le llevamos a vatios médicos y se le hicieron exámenes de sangre, ecografía, placas Rx de diversas partes, pero no hallaron ninguna anomalía. Incluso el primer veterinario que lo vió, nos dijo que debieramos manejar su dolor. Que poco se puede hacer, y que sólo hay que darle cariño


Sabíamos por su mirada triste, su paso lerdo, que algo estaba mal. Pareciera que a Blue, se le habían venido los años encima, cuando estos canes normalmente tienen un promedio de 15 años de vida. En esos días extrañaba sus lamidas, su juego, su correr ágil; pero pareciera como diría Vallejo, lleva una pena en el alma y “que hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé”. Sin embargo nos enseñó,  con su padecer estoico y la forma como lleva sus penas, casi sin ninguna queja; que mantenía su mirada, aún tierna, a pesar del dolor, y reflejaba la inmensa sabiduría de la que están dotados por naturaleza los seres vivos.


Con Jorge en esos momentos en Cuzco, por motivos profesionales; la tristeza de Blue, se le hizo más intensa. Estoy dedicándome a él, lo más que puedo y me está afectando mucho, cosa que es normal porque nuestro Blue es parte integrante de nuestra familia. Su nobleza y debilidad, amerita cualquier sacrificio.


En esos momentos sólo quería agradecerle los miles de besos, que acostumbraba darme, los cuales, en esos momentos extrañaba. Esperaba a pesar de todo, que su malestar fuera  pasajero y que volviera a entregarnos su alegría.


La vida de las personas es corta, la de los animalitos, un suspiro; pero en su corta existencia nos enseñan tanto, que de sólo pensar que se ausentarán nos preocupa hasta hacernos brotar algunas lágrimas.


Esta va a ser nuestra única compañía, dijimos Jorge Luis y yo; Blue para nosotros ha sido todo. Ha llegado con él nuestra prosperidad; y con su noble espíritu y su buena vibra, hemos salido adelante. Nos ha hecho más responsables, más cuidadosos al  habernos entregado su inmenso amor y tuvimos la obligación de cuidarlo y acompañarlo, para hacerle gratos sus días y darle nuestro reconocimiento.


Dice el Dalai Lama, que la mejor religión, es la que te hacer ser mejor persona; pues el amor a los seres vivos, es un camino verdadero para el perfeccionamiento.


Hubo un atisbo de esperanza con la visita para consulta a otra veterinaria, recomendada por Guillermo Aguirre; médico veterinario, compañero de mi colegio y a la postre resultó el diagnóstico totalmente acertado. El nos recomendó Al Dr. Francisco Cavero, padre; cuya clínica está en Surco, donde le encontraron la causa de su padecimiento, refieren que el espacio interdiscal de tres discos, casi no existe, causándole opresión y por ende dolor.


Fue sometido  a una intervención quirúrgica a su columna y tuvimos la satisfacción de haber hecho lo humanamente posible por él, y con el favor de Dios, recibimos, luego de un proceso, largo de recuperación; nuevamente su alegría y sus besos, que extrañabamos tanto, como su sonrisa.


La operación fue un éxito, eliminaron las calcificaciones entre los discos y Blue después de un día, comió, tomó agua, movía su cola y caminaba por sí mismo.


Gracias a todos por sus muestras de cariño para con Blue y nosotros. Especialmente a Guillermo Aguirre Mascarelli quien orientó su tratamiento, a Liliana Mi prima,, quien se procupó por él, a mi hermana Patricia, que intercedió con Barbara su hija, para convertirse en el Ángel y madrina de Blue, al brindarnos las facilidades económicas para realizar su operación.


Una  mención especial a la Clínica Cavero, a su staff de profesionales y al médico que lo operó Erick Valdivia; a quien pido disculpas por mi impaciencia e intolerancia al pasar por aquellos momentos difíciles.


Preferimos internarlo allí los días necesarios para que Blue esté en observación a fin de que sane mejor su herida, la cual se extendía por todo su lomo y para que llegue a casa en mejores condiciones.


Y así fue como pudimos volverlo a ver en la casa, y con él volver a ver sus juegos y alegrías y nuevamente despertar en nosotros tantos lindos sentimientos.


Ya han pasado cinco años de aquella operación y Blue está muy bien, le creció todo su pelo y hoy nos acompaña y cuida y procura siempre, que estemos juntos y unidos. Cuida su casa, su territorio y no le gusta mucho, que ningún visitante altere mayormente nuestras vidas.


No es un chihuahua típico, no ladra casi nunca a las personas, se deja tocar por los visitantes y le encanta estar cargado con nosotros, y a decir verdad está y le gusta ser  bien engreído.


Gracias otra vez a quienes nos han apoyado en todos los sentidos posibles y que han ayudado a su restablecimiento. A todos ellos nuestro eterno agradecimiento. Hoy Blue nos deleita con sus ocurrencias y cada día nos hace ser mejores personas.


Terminó con la frase: “Dice el Dalai Lama, que la mejor religión, es la que te hacer ser mejor persona; pues el amor a los seres vivos es un camino verdadero para el perfeccionamiento.”


BLUE


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