jueves, 22 de enero de 2009

MIS PADRES

A pesar de las dificultades propias de una familia algo numerosa, nuestros padres se las ingeniaron para que nada nos falte. La labor de mi madre giraba en torno nuestro, y prácticamente no tenía tiempo para realizar vida social activa. Mantenía muy poco contacto con las muy pocas amigas que le conocí. Su trabajo en casa era intenso, y la recuerdo, haciendo siempre algo. Con cinco hijos, como podrá entenderse, nunca le faltó qué hacer. Ella supervisaba e intervenía en todas las labores de la casa, es decir, en las compras, la cocina, la limpieza, el lavado, el planchado y todo lo que hubiera que hacer. Trabajaba, palmo a palmo, con las empleadas. Se preocupaba, porque estemos siempre, bien arreglados y listos para salir, dónde hubiere que ir, ya sea al colegio, a la iglesia o algún otro lugar. En sus horas libres, se entretenía con la confección y costura de prendas de vestir. Esta actividad, era prácticamente su única afición que le conocí. A veces cosía para mis hermanas y otras para alguno de la familia que se lo pedía. Muy pocas veces, se aventuró a coser para nosotros, los hermanos varones, y muy pocas veces, para la gente fuera de la casa.


Mi padre también se sacrificó mucho en nuestra crianza. El fue un funcionario público. Trabajó en el Ministerio de Agricultura; donde prestó sus servicios a la Nación por cerca de 30 años. Para compensar su bajo sueldo, y poder hacer frente a la responsabilidad familiar, trabajó a la vez, en forma eventual, en el Jockey Club del Perú. Su vida, estuvo orientada al trabajo, y tuvo que sacrificar mucho del tiempo necesario, para desarrollar adecuadamente, la vida en familia, sintiendo nosotros, por ello, su ausencia. Sin embargo, su enseñanza y ejemplo, fueron invalorables. Compartieron también ésta opinión, todos aquellos quienes le conocieron. Puedo decir sin temor a equivocarme, que era un hombre bueno y querido, como pocos. Además luego de realizar la recopilación y trascripción a medios magnéticos de sus poemas escritos en su edad temprana, he obtenido el conocimiento de su real valía. Sus escritos reflejan gran sensibilidad y muestran su amor, así como también, sus inquietudes, temores, valores y creencias acerca de la vida. Puedo decir con certeza, que su idealismo iba muy bien aparejado con la realidad, que sus dudas íntimas no estaban muy lejanas de la fe; y, que su amor brotaba a caudales hacia los demás, tanto cuando expresamente lo demostraba, o cuando al escribir, narraba la historia de un rey, caballero, combatiente, o al exaltar las virtudes de un héroe nacional, o simplemente las de un atleta.

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